Comunicación de las Tradiciones
Jaime Pallares.
Kalpana. Nro. 17- 2019 (pp. 101-119) ISSN: 1390-5775 ISSN-e: 2661-6696
Introducción
Tras abordar durante muchos años los estudios sobre Cultura, tomo como punto de partida
una deducción conceptual personal: la identidad cultural es un constructo social
conformado por distintos elementos tales como lenguaje, creencias, cosmovisión,
relaciones sociales, religión, celebraciones, costumbres alimenticias, características en la
indumentaria, entre otros; artefactos culturales todos que dan carácter tanto al individuo
como a la colectividad social.
Jaime Fisher, filósofo investigador en la Universidad Veracruzana, citado por Méndez
(2008, p), resalta la importancia de la identidad cultural ya que es el sentido de pertenencia
a un determinado grupo regional y es un criterio para diferenciarse del colectivo: “La
identidad cultural es un conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de
comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan
para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia
como respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que tienen en común”.
En Colombia, se reconoce al departamento de Santander como una de las regiones con
mayor riqueza histórica, cabe mencionar a la Revolución de los Comuneros como suceso
histórico de fuerte relevancia. “Esto se da no como un hecho fortuito, ni precipitado, sino
como resultado de largas vigilias que tenían las personas que se encontraban maltratadas,
oprimidas, sometidas, y como respuesta a ello buscaron salidas, anhelando la
independencia y la libertad” (Laguna, 2010). A partir de lo anterior se destacan algunos
valores tradicionales santandereanos como la firmeza de carácter, el trabajo, el honor, la
dignidad y el emprendimiento; por otra parte, también forjaron el carácter cultural la
práctica de la agricultura y la elaboración de artesanías.
De hecho, la identidad de los santandereanos está fundada en dichos artefactos culturales:
en sus artesanías (de cerámica, madera, piedra, lana, fique), en la culinaria típica
(hormigas culonas, mute, arepa de maíz pelao', tamales, arepas, cabrito, pepitoria, chicha
y carne oreada), “en la música autóctona, es decir, guabina, torbellino y bambuco,
interpretados en los instrumentos musicales representativos de Santander que son el
requinto y el tiple” (Laguna, 2010). Así lo afirma en su libro “Manual de música y danzas
del departamento de Santander” el magister en Antropología Cultural y folclor
latinoamericano, José Guillermo Laguna, folclorólogo de alto prestigio en la región.
Cabe señalar que la cultura santandereana ha sido permeada en los últimos años por olas
migratorias de los departamentos vecinos, con lo cual la identidad cultural ha ido
incorporando en gran medida elementos de otras culturas regionales, pero conserva sus
raíces, las cuales fueron heredadas de la cultura indígena y campesina que habitaron este
sector. La incursión de conquistadores españoles en el siglo XVI, además de colonos
alemanes e italianos entre los siglos XVII y XVIII, llevó a un mestizaje que causó no solo
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