La construcción simbólica del turismo en San Carlos de Bariloche
Gonzalo Barrios
Kalpana nro. 20 (julio -2021) (pp.7-29)
Introducción
Las ciudades del norte de la Patagonia andina en general, y San Carlos de Bariloche
(Argentina) en particular, responden por diversos caminos a una organización territorial en
particular: la ciudad turística. Varias producciones académicas y documentos públicos oficiales
analizan la matriz productiva de la ciudad y coinciden en que el turismo es en la actualidad una
de las principales actividades productivas (Bosch y Simonelli, 2003; Marioni y Urieta, 2003;
Madariaga, 2007; Abaleron, 2009; Monasterio et al., 2009, Garaventa, 2016 ; Kozulj, et al,
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016; Medina, 2017; Behnisch, 2018; Piantoni et al, 2019, entre otros). Aún más abultada es la
cantidad de producciones que identifican a la Dirección de Parques Nacionales, fundada en
934, como el único (o en el mejor de los casos, el principal) promotor de dicha actividad en la
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localidad (Rey, 2004; Floria, 2004, 2008; Bandieri, 2005; Méndez, 2010; Piglia, 2010, 2012;
Niembro, 2011; Núñez, 2014, 2015, 2016; entre otros). El proceso histórico que culminó con
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las “turistificación” de la Patagonia andina en general, y de la ciudad en particular significó
declarar a los lugares como mercancías, y por lo tanto, privatizar su acceso, como así también
explotar los recursos naturales; las personas y organizaciones, los espacios verdes y las calles,
puestos de mercados artesanales, los centros comerciales, refugios de montaña, senderos, pistas
de esquí, ríos, lagos, playas, volcanes, costas, las representaciones e imaginarios colectivos,
historias y tradiciones orales, en definitiva la cultura. Todos son incorporados al flujo del
capital, aunque no necesariamente visibilizados en igual medida. Este proceso se consolidó con
el devenir de los años y requirió la “mejora y el aumento” de la oferta hotelera, gastronómica y
la industria de bienes y servicios en espacios cerrados y al aire libre, para lograr constituirse
hoy como uno de los principales destinos turísticos a nivel nacional, tanto para actividades de
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verano como de invierno .
Este trabajo parte de la premisa que considera a Bariloche como destino
eminentemente turístico, pero busca sopesar, relativizar y contextualizar en un proceso histórico
más amplio, el peso que se le otorga en gran parte de la bibliografía especializada a la figura de
Exequiel Bustillo, como director de Parques Nacionales, en la consolidación del proyecto
turístico que resultó ser hegemónico haciendo visible el rol de actores e instituciones que le
precedieron. A través de la recuperación y el análisis de documentos con fechas anteriores a la
de su gestión, se identificó cómo es que se fue delineando la construcción en el plano de lo
simbólico de dicho proyecto. Los diversos viajeros y migrantes, que fueron delimitando el
horizonte de categorías sobre el paisaje observado, que con el tiempo se fue cristalizando a la
hora de valorar la localidad como destino turístico.
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Entendido como un proceso histórico que abarca tanto prácticas simbólicas: identificación de atractivos, la publicidad, etc.
que contribuyen a la invención del lugar o construcción de representaciones acerca de él, como las prácticas materiales de
creación de infraestructura, accesibilidad, etc., que contribuyen a la producción concreta del lugar e incluso a su
territorialización en tanto inclusión en un determinado espacio de dominación (Floria & Vejsberg, 2009).
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La ciudad de San Carlos de Bariloche se encuentra entre las primeras posiciones de una diversa cantidad de indicadores que
lo sitúan entre los principales destinos turísticos del país, como, por ejemplo: la afluencia de turistas internacionales y
nacionales, la cantidad promedio de noches de alojamiento, la oferta y calidad de alojamiento turístico, la cantidad de vuelos
recibidos (según los Anuarios Estadísticos Turísticos del Ministerio de Turismo de la Nación de los años 2013, 2014 y 2015).
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