Marketing de destinos turísticos: un análisis de las tendencias mundiales post-COVID-19
Daniel Corzo y Carlos Guatibonza
Kalpana nro. 20 (julio 2021) (pp.70-92).
que permite conectar a los destinos turísticos con futuros clientes y sirve como herramienta de
innovación para brindar una experiencia más interactiva y personalizada. Morán & Freixa
(2017) realizaron un estudio de portales web, y encontraron que el 67% de los portales
evaluados cuenta con herramienta de cambio de idioma e igual porcentaje cuenta con registro
de usuarios, pero sólo el 33% puede caracterizar el usuario y generar un perfil con preferencias.
La mayoría de los destinos utiliza redes sociales como Facebook, Instagram, YouTube y otras,
pero son menos los saben realmente de su impacto en la promoción, lo que revela la necesidad
de mejorar en la comunicación con sus usuarios y darles así una respuesta adecuada.
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC), deben ser aprovechadas para
crear nuevas experiencias en los sitios emblemáticos de los territorios. Puriggrós & Fondevila
(2017) discuten, por ejemplo, cómo incorporar herramientas tecnológicas en museos y analizan
la reacción del público, lo que determina si lo exhibido se ajusta a sus necesidades, y así conocer
su impacto en los visitantes. Observan que la mayoría de los museos manejan una página web
y tienen redes sociales, pero no tienen mayor impacto por ser subutilizados y no alcanzar su
potencial para crear comunidad entre sus visitantes. Se identificó la necesidad de innovar en la
presentación de contenido y la interacción con los turistas; y transformarse en una plataforma
comunitaria, más allá de entregar información o y de autopromocionarse. Las TIC se vuelven
necesarias para mejorar la comunicación antes y durante la visita, con el fin de lograr una
conexión genuina con el visitante que trascienda una mera visita de aprendizaje.
En tiempos de crisis, las empresas se deben preparar para dar respuestas rápidas y
desarrollar una gestión de crisis que les permita subsistir. En una variedad de casos se puede
tener indicios, pero otras veces estos factores se presentan sin ninguna advertencia, lo que hace
difícil afrontarlas y crear estrategias de solución efectivas. Se puede presentar una crisis debido
a inestabilidades económicas, sociales o políticas de un país, desastres naturales, cambio de
percepción de los viajeros y sus gustos, o hasta las crisis sanitarias como la que estamos
afrontando hoy en día con el COVID-19. Los destinos turísticos pueden usar las experiencias
previas respecto al manejo de crisis en el turismo para mitigar las consecuencias negativas,
pero también para sacar provecho de las oportunidades que ellas crean. Estrategias que han
sido aplicadas exitosamente para este fin involucran la reconstrucción de la imagen y el
atractivo del destino turístico, y también asegurarse y prepararse para la llegada de nuevos
turistas, revalidar la oferta del lugar y crear una mayor conciencia de cooperación entre los
stakeholders para superar problemas (Rodríguez & Fraiz, 2018).
A inicios del año 2020, se tenía una expectativa positiva respecto al turismo a nivel
mundial, las proyecciones indicaban que sería determinante en las economías, y podría llegar
a convertirse en una fuente considerable de ingresos. Según Guevara (Ifema, 2019), presidenta
y CEO del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, el sector de viajes y turismo representa el
1
0,4% del PIB mundial, además de ser responsable de 1 de cada 10 empleos del planeta. A
continuación, en la figura No. 2 se observa la evolución del aporte directo por parte del sector
turístico al PIB mundial en billones de dólares.
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