Ensayo crítico del concepto de Turismo Gastronómico
Esteban Arias y Rubén Pozo
RICIT no. 15. (2021) (pp. 66-81)
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Si bien, es la pretensión de esta teoría que puede ser aplicada para explicar todo -ya sea
natural o social-, se aproxima hacia el vínculo que tiene la comida con la cultura, así como
los aspectos que atraviesan de forma tangencial este binomio.
Dentro de la Enciclopedia de turismo (2000), se halla el término gastronomía, el cual,
según M. Nowlis (en Jafari, 2000: 278) explica que
Gastronomy comes from the title of a fourth century BC Greek poem "gastronome", about
food. In modern usage, the term refers to the art and science of fine dining. It can also
indicate culinary ritual or consuetudes, particularly those of a sophisticated or highly
developed character. Restaurantes at destinations known for their native foods and cuisine
become tourism attractions in their right.
Esta última conceptualización da cuenta de lo que se discutió anteriormente, ya que no
sólo toma a la Gastronomía como arte y ciencia de la buena mesa, sino que toma una idea
o intención del rescate de sabores, y sobre todo de la vinculación con el turismo, pero
menciona un punto importante, el cual debe ser tomado en cuenta, que los restaurantes
que podrían llegar a ser un atractivo son aquellos con una cocina tradicional o nativa por
su valor cultural.
Motivación de viaje
Como se sabe, el turismo no puede existir sin la figura que le da vida, es decir el turista,
quien gracias a factores internos o externos es conducido a decidir o elegir un destino de
forma temporal (Devesa, et al, 1997). Para poder exponer el objeto de este apartado, es
preciso hablar sobre motivación, que de manera preliminar se puede comentar que es
aquella cosa que mueve o anima a una persona para actuar o realizar algo; y que para el
filósofo italiano U. Galimberti (2002: 714) “Las motivaciones pueden ser conscientes o
inconscientes, simples y complejas, transitorias o permanentes, primarias, o sea de
naturaleza fisiológica, o secundarias, de naturaleza personal o social […]”. En este
sentido, si bien el turismo es un fenómeno social, se tiene que las motivaciones pueden
ser de carácter individual, porque intervienen deseos e intereses los cuales son traducidos
en metas u objetivos de viaje. Queda claro que el desplazamiento lúdico no pertenece a
las necesidades fisiológicas como lo es el propio acto de dormir o comer.
Lo es también en sentido psicológico, y según Galimberti (2002), consciente o
inconsciente, debido a que una idea es susceptible de ser producida por la persuasión
formada por el entorno, el cual, a través de diferentes medios, directos e indirectos, se van
posicionando en la mente de las personas; por ejemplo la publicidad en medios de
comunicación masivos, películas, amigos, familiares, libros, etc.; todos ellos van de una
u otra manera generando interés por desarrollar determinada actividad turística.
Para M. Devesa (1997) existen dos factores motivacionales para el turista: por un lado,
los factores de empuje que se refieren a los aspectos internos emocionales, como el deseo
de descanso, relajación, o aventura; en otro sentido los factores de atracción o externos
son aquellos que están relacionados con el conocimiento, recreación, espacios culturales
y naturales e infraestructuras. Para la investigadora de origen ibérico, la motivación
turística tiene dos fuerzas simultáneas, las primeras cumplen la necesidad de escape de la